domingo, 30 de enero de 2011

Extra virgen, extra puro, extra fascinante


"... Y, bueno, también soy catadora de aceite de oliva". Llevaba como tres días en Barcelona, y en esto de hacer nuevas amistades, era como la décima vez que repetía mi curriculum a los asistentes de un cumpleaños que me preguntaban qué hacía en Chile antes de dedicarme a la maternidad.
Estaba acostumbrada al "¿Catadora de qué?" que venía siempre a continuación. Aun en España, el mayor productor mundial, no es que uno se encuentre un catador en cada esquina. Que viniera de Chile era aun más raro. Súmenle que soy mujer, joven, etc.
Entonces, una chica me dio el dato. Había una tienda, en el Gótico, que vendía puros aceites de oliva. Muchos, de todo tipo. No se acordaba del nombre... era algo con oro. "Tengo que ir", pensé en ese minuto. Lo googlee al día siguiente y descubrí que se llamaba Oro Líquido, y por lo que decía la página web, sonaba bastante bien.
Pasaron las semanas y yo, dedicada a instalarme, me olvidé por completo del tema. Preocupada del presupuesto, decidí darle una oportunidad a los aceites del supermercado. Mala decisión, después de probar varios llegué a la conclusión de que son todos pésimos. A los 4 meses de vivir acá, lo mejor que había probado era un aceite que compré en una visita a una viña, pero lamentablemente la botella que me traje no estaba de lo mejor.
Hace un par de semanas que recibí la invitación para ir a catar a Verona, a uno de los concursos más importantes del mundo, por lo que se hace más que necesario entrenar el paladar con aceites buenos. Así es que ayer partimos de paseo al centro y aprovechamos de ir a conocer la famosa tienda.


Para cualquier amante del aceite de oliva, esta debería ser una parada obligada en Barcelona. En un país donde abunda la cantidad y escasea la calidad, en lo que a este producto se refiere, Oro Líquido es un oasis en medio del desierto. Una tienda pequeña, donde es posible sumergirse en las diferentes denominaciones de origen españolas. Botellas con historia, botellas del futuro, diferentes formatos, tamaños y estilos. Acá hay aceites para todos los gustos.


Entrar a la tienda ya es un panorama. Además de aceites, hay una oferta nada despreciables de vinagres, y también de subproductos del aceite, desde cremas para el cuerpo hasta chocolates con oliva. Y por supuesto, siempre tienen aceites para degustar (ayer tenían dos), y también organizan catas para conocer más de este producto.
Salí de la tienda con 5 aceites de 250 ml, envueltos de lo más monos, y en bolsitas que simulan una botella (¡un ejemplo del cuidado hasta en el último detalle que el cliente agradece!). ¿La boleta? 37 euro. No es una ganga, pero espero que el contenido los valga. Ya les contaré cuando los pruebe... Por mientras, les dejo el dato. Vale la pena la visita.

Oro Líquido
Carrer de la Palla 8
08022, Barcelona

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